lunes, 12 de julio de 2010

¡Dios bendiga al Trankimazin!

Este blog nació con la insana intención de ser un espacio de desbarre personal aunque con tendencia a hablar sobre temas artísticos, estéticos, antiéstéticos y todo lo que normalmente se engloba bajo el epígrafe de humanidades. Se supone que aparecerán de vez en cuando comentarios más o menos lúcidos sobre algunas de las más grandes creaciones de la historia desde los trabajos sobrehumanos de Miguel Angel para acabar la capilla sixtina a las dificultades de los duelos de insultos de Monkey Island. Mozart, Kubrick, Maalouf, Rembrandt o Kleiber podrán ser sus protagonistas, pero como declaración de intenciones y para que sirva de precendente y aviso a navegantes (y nunca mejor dicho) la primera entrada no va de nada de eso.

Resulta que este primer parto se lo dedico a la verdadera impulsora de este blog. Ella me ha iluminado por fin tras unos dos meses y medio de travesía en el desierto, pero desierto, desierto. Ha conseguido unir los trozos inconexos que me quedaban de ánimo para empezar a hacer cosas. Ha obrado el milagro de la motivación. Se comprende que mi primera entrada se la dedique a esta musa.

Musa química en este caso porque es una pequeña pastilla de color crema que responde al nombre poco sutil de Trankimazin 0.5 mg. Más fino sería Melpómene, creada además por Zeus y no por laboratorios Pfizer, pero la realidad es la realidad y los mitos han ido perdiendo toda su capacidad de evocación en estos tiempos en los que el alumnado de la ESO ha ido incorporándose masivamente al electorado.

Bendito sea su nombre, aunque sea evidente, y benditas sean todas sus acciones.
Da gusto que lo más cercano a la tranquilidad se presente en prácticas cajas, con las pastillas todas ordenaditas, espectantes en su lugar, disciplinadas como un grupo de legionarios romanos decididos a hacer frente a todos mis fantasmas en su formación de blíxteres de a diez. Si la antiguedad clásica se construyó a fuerza de legión - cohorte - centuria - legionario, la sucesión actual que sostiene la civilización occidental sería: farmacia - cajita - blixter - pastillita.

Una vez más nada nuevo bajo el sol: SPQR!!!:Solo Pastillas Que Rulen!

Y a las sesudas reflexiones sobre el arte, la música y el manga erótico que les vayan dando mucho mientras yo tenga mi cajita a mano. Váyase enterando señor Ortega: yo ya no soy yo y mis circunstancias, soy yo y mis trankimazines.(O yo y mis zirkunstancias 0.5.mg, en todo caso)

Creo que soy un poco injusto al olvidarme del Rexer 15 mg. pero como todo el mundo me dice que tarda en hacer efecto no le atribuyo ninguno mérito sobre mi nuevo estado mental, así que hasta entonces, ni agua.

Además el blixter no es tan evocador.



Postblog: empezamos bien.......

1 comentario:

  1. Parpignols, estoy de acuerdo contigo y mucho.
    Muy "esperanzador".
    Bss...

    ResponderEliminar